miércoles, 27 de abril de 2016

Fotos y un tapiz en la cocina

Hace un par de años hicimos reformas en la cocina, empezamos por poca cosa,  luego se te van ocurriendo otras…y al final se te va la cosa de las manos!!
Entre otros cambios, les tocó el turno a los azulejos. Antes eran blancos con una raya arena y la parte de office estaba pintada en ese color. Ahora los azulejos sólo cubren algunas zonas y son una reproducción de unos antiguos, todos diferentes y las paredes las pintamos en…vais a pensar que estoy loca :)… Siiii, Gris,  pero un tono azulado!!



En la parte del office tenía una mesa redonda de Ikea con 4 sillas, de color madera, que pinté con Chalk Paint de Annie Sloan en color blanco roto (Old White). Parecen otras, porque estaban bastante desmejoradas, como si vinieran de la guerra:)




El centro de mesa era un plato de Ikea de trozos de madera, que puse en la terraza con unas conchas de la playa... resulta que no era para exterior y estaba para tirarlo... Lo pinté también y le pegué varias etiquetas antiguas que imprimí de la red.




Quité casi todo lo anterior, un cuadro de flores secas que coloqué en un pasillo, porque me sigue gustando y cambié las cortinas,  unas gordas de color claro que jubilé porque no dejaban pasar ni un rayo de sol… no sé en que estaría pensando cuando las compré…

El caso es que dejé las paredes vacías, y casi sin presupuesto para rellenarlas… Pero al final siempre se te ocurre algo...

Primero hice este cuadro, como si fuera un tapiz, con un paño de cocina de la tienda Casa.






Pegado con mi pistola de silicona a un panel de los que venden en papelerías para manualidades. ¡El tamaño venía perfecto!






 Y en la pared más grande, frente a la ventana, coloqué unos marcos de fotos de Ikea (eran de madera sin pintar y en lugar de cristal tienen un acetato duro) los pinté de blanco y decoré con una servilleta diferente cada uno.







Y puse fotos de toda la familia en sepia. Y como no pesan, porque no es cristal, los pegué a la pared con cinta de doble cara. Quedó muy bonito!
Un día leí que decorar un rincón con fotos de momentos bonitos hace que te sientas mejor. En esas fotos estamos toda la familia, en viajes, cumpleaños... las veo todos los días cuando me siento a comer y me encanta que estén ahí!
No sé porque no se suelen  ponen fotos en la cocina, con la cantidad de tiempo que pasamos allí.



No hace falta un gran presupuesto para crear un rincón donde te sientas a gusto, sólo un poco de imaginación…paños de cocina, servilletas y una pistola de silicona :)!!!

Gracias, como siempre, por vuestras visitas y comentarios.

Un beso y hasta pronto!



lunes, 18 de abril de 2016

Para una reina

Esta manta la hice para una personita muy especial y tiene detrás una pequeña historia con final feliz.



Además del 2002 y el 2005, el año 2015 está en el triste ranking de los peores años de mi vida. Mi hija tenía que enfrentarse a una operación muy delicada y fue muy duro para todos nosotros. Como fue algo programado con muchos meses de antelación, pensé en hacerle una manta de sofá para que pudiese llevarla al hospital. Parece una tontería, pero en aquellos meses anteriores en los que sólo quedaba rezar y esperar, fue como si yo ya hubiera empezado a hacer algo para ayudarla:): una manta para que ella se sintiera, cuando llegara el momento, un poco más como en casa. No le dije a nadie que la estaba haciendo con esa idea, pero a mí me ayudó. Creo que es cierto que las labores y manualidades sirven de terapia en muchas ocasiones. Y si os encontráis en una situación parecida os puede ayudar hacer algo para regalar a esa persona, un cojín, una mantita de ganchillo, un marco para poner una foto especial, una bolsita para guardar sus cosas en el hospital… cualquier cosa hecha con cariño.


La tela que utilicé para esta manta de sofá fue un panel de las archiconocidas muñecas Gorjuss, que “enmarqué” (para que diera el tamaño que quería para la manta) en una tela de rayas camel y otra tela rosa de lunaritos elegidas por ella. El panel mide 1m x 0,50m aproximadamente. Le añadí una tira de rayas de 15cm y una tira de lunaritos de 10cm. Las medidas de la manta son 1,50m por 1m. En esta foto no tiene mucha calidad, pero creo que se ve como se unieron las telas para formar el marco. Está hilvanada y sin planchar :)


Hice el sándwich formado por la tela delantera (formada por el panel y las dos telas del marco que formé alrededor de él), la guata y la tela trasera, una tela a juego con la de rayas delantera, de cuadritos vichy.
Fijé las tres capas con imperdibles grandes para que no se movieran y fui sacando los detalles del panel acolchando con hilo rosa.


  El contorno de la muñeca...





Las esquinas...


Los corazones...



En la tira de rayas que va alrededor del panel hice un dibujo con una plantilla y el bolígrafo que se borra con la plancha y fui acolchando también.




 Luego cosí el bies, uno muy bonito en una tela parecida a los cuadros Príncipe de Gales y terminado!!



Le puse también en una esquina de la trasera una dedicatoria, con las letras que os compartí aquí. Eso fue idea de mi profesora de patchwork y me alegro de haberla puesto…



Tengo que decir que cumplió su función. Cubrió su cama durante todo el post operatorio, a las enfermeras les encantó, todas hacían un comentario sobre la manta:). Y ella se sintió un poco más como en casa. Ahora está curada, gracias a Dios.

Gracias, como siempre, por vuestras visitas y comentarios.

Un beso y hasta pronto!!

lunes, 11 de abril de 2016

Grannys de cuerda

Aprendí a hacer ganchillo cuando tenía 12 o 13 años… Me enseñó mi abuela Dolores una semana que se quedó en casa con nosotros porque mis padres estaban de viaje. Recuerdo que le hice vestidos y gorros a mis muñecos. Sin embargo nunca aprendí a hacer punto, a pesar de que siempre he visto a mi madre haciéndolo por las noches y lo hace precioso, de revista. No descarto aprenderlo… Después me hice “mayor” y el ganchillo se quedó en el cajón de saltar a la comba, de la muñeca Nancy y de los libros de Los Cinco…

Pero hace un par de años, cuando se puso de moda el trapillo, me apunté a un curso de alfombras en Sacocharte y… ¡me volví a enganchar! Incluso les escribí un email cuando cerraban la tienda física, agradeciéndoles haberme devuelto esta antigua afición. De ahí han salido alfombras, cestos, mantoncillos... que os iré enseñando, y esta alfombra de cuadritos de la abuela (o Granny Square) de cuerda de algodón en tonos lino y, como no, GRIS:)!



Este es el patrón del granny, es el típico de siempre:





Fui alternando los colores para que no fuera tan “aburrida” ya que los colores son neutros, aunque a mí son los colores que más me gustan porque no te cansas de ellos.



Y el trabajo de tanto cuadrito no es para cansarte dentro de dos días… 


Cada cuadrito, al acabarlo hay que ir rematándolo, porque la cuerda de algodón es preciosa, pero se abre si el cabo no está rematado. Yo los fui rodeando de celo transparente y cosiendo por la parte de detrás.



Creo que se aprecia bien en la foto cómo está hecho... La verdad es que es lo único que me resultó pesado de hacerla... el rematar la cuerda, pero creo que el resultado merece la pena:)


Después los uní siguiendo esta técnica:



Y, listo!!



La alfombra tiene 35 grannys, 5 filas de 7 grannys cada una. Cada uno mide aproximadamente 18x18 cm.



La verdad es que esta alfombra, me encanta!! Espero que os sirva y os animéis a hacerla.

Como siempre, gracias por vuestras visitas y comentarios.

Un beso y hasta pronto!!

sábado, 2 de abril de 2016

Como porcelana antigua

La afición a la restauración, como a la lectura, la heredé de mi padre. Fue él quien trajo a casa estas patas de una antigua máquina de coser, y su sobre de madera, que una conocida iba a tirar. Ahora es una mesa auxiliar en el salón de una casa de campo, en realidad un antiguo cortijo en Andalucía, la tierra del arte:) 



Así fue el proceso:

Las patas las limpié bien con limpiador jabonoso y las pinté en gris forja. Me gusta que mantenga su aspecto original. 



La parte de los cajones de la tapa de madera la enceré con cera oscura y cambié los tiradores de los cajones. Tenía carcoma, que traté pulverizando en los agujeros, pero que no tapé… Me gustaba así.




Lo peor era el sobre, como podéis ver forma el hueco de la máquina y tiene una parte chapada en muy mal estado.



Se me ocurrió poner un cristal para cubrir este chapado, decorado con decoupage. Creo que es una buena idea para "tapar" el sobre de una mesa irreparable... 
En primer lugar, apliqué Craquelador (en dos fases, se aplica una primero y la otra en sentido contrario y se cuartea). A continuación un poco de betún de judea y cera para que se oscurezca y se note el craquelado. 
A continuación, de una servilleta con un dibujo que parecía antiguo fui recortando y uniendo para formar una cenefa como la de las porcelanas antiguas. De hecho me recuerda a mi vajilla de La Cartuja de Sevilla y fui pegándola en el cristal con pegamento de decoupage. 




Una vez seca, pinté con pintura blanca y un trocito de esponja, golpeando suavemente toda la servilleta por detrás para resaltar el dibujo. 
Después, y también con esponja fui pintando todo el cristal, haciendo un esponjado en los mismos tonos de la servilleta. Con un pincel mojado en betún de judea salpiqué el cristal por detrás, para que tuviera las “manchas negras de los años” y pareciera antiguo. 




Un poco de barniz mate al agua para proteger la pintura por detrás y terminado!!



Tengo que decir que este trabajo tiene más de 10 años, en la casa de campo dónde está hay mucha humedad y el decoupage del cristal está como el primer día:)

Gracias por vuestras visitas y comentarios.


Un beso y hasta pronto!!