viernes, 20 de julio de 2018

La Casita Grande se queda




Me encanta el mes de julio... Para mí es el preámbulo de las vacaciones, tengo más tiempo libre, los horarios son más relajados y aprovecho para hacer las cosas que me gustan. La verdad es que lo disfruto y me cunde...Hoy os traigo un pequeño proyecto de reciclaje de un mueble. Ya os conté aquí que estaba reutilizando los muebles infantiles que han acompañado a mis hijos casi desde que nacieron y que ya son parte de la familia. Decidí que seguirían en casa con un cambio de imagen.






Uno de ellos era una “casita-librería”… no sabéis el cariño que le tengo a este mueble… Ha estado siempre lleno de juguetes, libros, ceras de colores… Como a mí me gusta tanto la lectura, desde muy pequeños les compraba muchos cuentos y después cada uno empezó a hacer su pequeña colección de libros. Aunque hoy en día solo la pequeña conserva esa afición… cosas de las nuevas tecnologías:(




Su nombre de pila era “la casita grande”, porque era compañera de una mesilla de noche (la casita “chica”). Hoy es todavía la mesilla de noche de mi hija, sin tejado y con un nuevo color (Country Grey, de Annie Sloan)… en el dormitorio que os enseñé aquí y aquí.

El nuevo sitio para esta pequeña librería es un recibidor en la planta alta de la casa y el color que elegí para reutilizarla fue… Gris!! No estoy obsesionada, es que era el color que mejor se integraba alli, jajaja.



Ya os he comentado que me ha encantado utilizar las pinturas Mary Paint. Utilicé el tono Gris Pizarra, puede parecer oscuro pero es muy bonito y, además, necesitaba un tono que le quitara ese aire infantil al mueble.




Lo primero fue quitar el tejado, con un martillo.





Mirad el surco que dejó el pobre tejado...




Después de limpiar con limpiador jabonoso para madera, lo demás fue coser pintar y cantar. Que fácil resulta todo con esta pintura… Pinté todo el mueble en este color.







Tenía rotos los tiradores de los dos cajones inferiores. Aunque los conservaba, decidí no ponerlos y sustituirlos por unas conchas de latón a juego con las bisagras originales de las puertas.







Decidí también no quitar los tiradores de las puertas que sí conservaba, redondos y gorditos, sería el único recuerdo que conservaría de las pequeñas manitas abriendo mil veces esas puertas para sacar sus cuentos, lápices…








Pensé poner algún adorno (relieve con plantilla, decoupage…) en las pequeñas puertas, pero una vez pintado decidí que menos es más y lo dejé así.



Como este mueble no estará tan expuesto a golpes o roces no le puse barniz sino cera, me gusta mucho esa terminación. Esta vez utilicé por primera vez cera blanca de La Pajarita, sirvió para aclarar un poco y dar un toque empolvado a la pintura tan oscura.







Y en la parte dónde estaba el tejado, quedaba aquel surco difícil de disimular por lo que había pensado utilizar la técnica del cristal craquelado que os enseñé aquí para ocultar la tapa de una antigua máquina de coser.









Sin embargo, me acordé de un mantel individual acolchado que hice hace poco como centro de mesa (para usar cuando utilizamos manteles individuales) y que no había llegado a poner nunca porque me daba pena que lo mancharan:)







Quedaba perfecto!! Ni que lo hubiera medido…






No descarto hacer el cristal porque quedará mejor terminado, pero mientras lo encargo a medida y saco tiempo para hacerlo, la pequeña librería está más que presentable.



Os animo a dar una segunda oportunidad a los muebles que merecen la pena o a aquellos que tienen para vosotros un valor sentimental.






Gracias por vuestras visitas y comentarios.



Un beso y hasta pronto!!

1 comentario:

  1. Me encanta como ha quedado ese mueble que tan buenos recuerdos te trae con su nuevo color. El gris es perfecto para actualizarlo e integrarlo en diferentes ambientes.
    Me ha encantado tu blog: te he conocido a través de Beatriz que ha compartido esta publicación y me voy a quedar como seguidora.
    Te invito a pasar por el mio si te apetece.😉
    Besos.

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